domingo, 5 de febrero de 2012

Los Milagros




…y sonó el incomodo rechinar del maldito despertador como todos los días a las 7:15 de la mañana. Tenían la extraña costumbre de levantarse 15 minutos antes de la hora, para reconfortarse con la idea de que se podrían quedar unos minutos mas abrazados. Ella se levanto por el lado izquierdo de la cama como todos los días y el por el lado derecho, desde que vivían juntos el había perdido su lado favorito de la cama debido a que ella no soportada el frio del lado derecho. Ella, como todas las mañanas preparo el café negro, lo preparaba con la pasión y el empeño del mejor de los catadores moliendo el grano y midiendo la justa proporción entre agua y harina. El encendió el televisor en el mismo canal de todas las mañanas; ya era costumbre escuchar las malas noticias en un acto de masoquismo matutino o tal vez alimentando la  estoica y descarnada esperanza  de que algún día el reportero les anunciara que el “otro mundo es posible” se había puesto de moda. Ella le sirvió el café y juntos se sentaron a recibir la dosis de cafeína necesaria para motivarse a salir a la calle.

El reportero de corbata tan amarilla como su estilo daba la noticia de que el estado de salud de la joven de 15 años Karla Michelle Negrón Vélez empeoraba y con ello el circo mediático tras sus sufridos padres se intensificaba a cada segundo mas. En la noche del 31 de diciembre de 2011 y justo a 33 minutos de despedir el año una bala entro por una de las ventanas de la casa de Karla Michelle y se le alojo en el cerebro cegando sus sueños de ser bailarina de ballet. Ya habían pasado 12 días desde la noche de despedida de año y era evidente que solo un milagro le salvaría la vida a la joven. Entonces movió la vista que hasta entonces tenia posada sobre el televisor  y le pregunto a ella “¿Amor…en todos estos años trabajando en el hospital has visto un milagro?” Ella quedo en silencio por unos segundos y posando sus ojos sobre el café contesto con voz quebrada “No…nunca”.  El le hizo compañía a los ojos de ella en el café y áspero por la respuesta continuo tomando café en silencio. Secretamente siempre había esperado que ella hubiese visto un milagro y confirmara su mayor deseo de una fuerza bondad universal… termino el café, la beso en los labios, tomo su maletín y salió a la calle como todos los días escéptico y en busca de la buena fe de un milagro entre toda la maldad del diario vivir. 


jueves, 2 de febrero de 2012

Mata Gallina


Rosita tiene el pelo color miel,  la piel rosada y un fulgurate sol en la mirada, su traje de saco tongonea al ritmo de las nanasinfantiles a penas 7 años de edad y a su corta edad los juegos de infancia enel bateí de su abuela desconocida migraran cual cucubanos al recuerdo del ayer.De muy pequeña su madre la regalo… o tal vez la encargo al cuido de quien comentanlos vecinos es su abuela, pero de lo que pasa en el cañaveral tras el silbatode las seis, nadie habla o al menos de frente. En casa de su abuela Rosita va ala escuela del barrio y ya hasta sabe leer y escribir, pero en casa de Mamá yquien aprenderá a llamar Papá hace falta unas manos,  aunque sean pequeñas,  para recoger tabaco y dar de comer  los cerdos. Así entre cacareos de gallinas sellevaron a Rosita de la casa de abuela, descalza pues no había tiempo parazapatos que se le quedarían y no se comprarían mas, con el amor de su abuelaamarrado en el corazón y los dos trajes de saco bajo el brazo. Al llegar a sunueva casa junto a un río,  conoció a suscompañeros de obra a quienes le se enseño eran sus hermanos -de distintosrasgos físicos pero reconocidos por un mismo Padre- sus oblaciones en laporqueriza  y el lecho de guajana secadonde dormiría.  Un día cansada de elolor a cerdo, el desamor de una madre y los castigos arrodillada en el guayo delata,  rosita decidió sentarse bajo elSauce a comer  las pequeñas uvas  oscuras de la planta que llamaban “mata gallina”… Cerro los ojos y entre lágrimas  seecho a la muerte con apenas 8 años…. Al despertar no escucho arpas, no vioseres “rubios y de ojos azules” como los que estaban pintados en laIglesia,  aun olía a cerdo, no estaba enel cielo, aun estaba en la porqueriza, con sus lágrimas secas y sus orillasheridas por el guayo ya habían parado de sangrar… Fue en entonces dondecomprendió que no todos los venenos de la vida matan y algunos hasta te pueden hacer mas fuerte.